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lunes, 8 de noviembre de 2010

Ideas previas y tipos de grupos en el aula.

Cuando nos disponemos a dar una clase, tenemos que tener claro que cada individuo es diferente a otro. Es por ello que nuestro currículo debe ser siempre; abierto, flexible y que se adapte a las necesidades. Tras una detección de ideas previas, podremos encontrarnos con una clase homogénea, donde los alumnos/as tendrán un nivel de conocimientos similar sobre los conceptos. Por otro lado, es más común que nos encontremos con un grupo heterogéneo, cuyas ideas previas sean a distinto nivel o con ideas preconcebidas erróneas. Por último, dentro del grupo podremos tener algún alumno/a con dificultades para aprender. Estos son los 3 grupos en los que nos vamos a centrar. Antes de comenzar a tratar cada uno de ellos, aclarar que, aunque el más sencillo a simple vista parece el grupo homogéneo, debemos tener en cuenta la individualidad. Es decir, que aunque tengan un mismo nivel aproximado de conocimientos previos, la forma de aprender de cada uno, sin duda será diferente. Por ello, casi me atrevería a afirmar que no existen los grupos homogéneos, propiamente dichos.

Nuestra clase debe ir siempre con una programación preparada, donde incluiremos los contenidos (conceptos, procedimientos y actitudes que queremos desarrollar en nuestros alumnos/as), la metodología adecuada y la evaluación que nos dirá si nuestro trabajo ha dado el resultado esperado. De no ser así, tendremos que replantearnos que ha fallado para modificarlo.

En el grupo homogéneo, podremos tener una programación única y sin adaptaciones, pero respetando las formas de aprender de cada uno. Aunque sea más complicado al principio, el buen profesor se forja como tal cuando es capaz de atender las necesidades individuales sin descuidar la clase. Tenemos que descubrir qué motiva a cada uno, sus razones para aprender, qué les gusta y qué quieren saber. De esta forma el aprendizaje será significativo. Un alumno motivado conseguirá unos resultados superiores a otro que no lo esté. Igualmente, los alumnos deben de tener a su alcance los recursos necesarios para alcanzar el objetivo.

En el caso del grupo heterogéneo, nuestra programación deberá estar abierta. Para este grupo, tendremos que adaptar los recursos y tener en cuenta que requerirán más tiempo de atención individual. Debemos ser muy observadores y conocer las necesidades y los conocimientos respecto a los contenidos que queremos enseñar a la hora de realizar nuestra programación. Haremos uso de una metodología de globalización, fomentaremos la autonomía de los alumnos/as, atenderemos la individualidad y con todo esto nuestros alumnos construiran sus propios aprendizajes.

Por último, no va a ser diferente ni extraño que nos encontremos con personas que tengan cierta dificultad para aprender con respecto al resto de personas de la clase. Sin duda, este caso es el más complejo. La programación deberá ser abierta, con una metodología de globalización y donde la atención individual va a primar sobre esta persona. Esta metodología debe facilitar la relación entre los contenidos, que es el mayor problema con el que se encuentran las personas con dificultad para aprender. Debemos fomentar la participación en clase, que se interaccione lo máximo posible.

Tras estas relaciones, solo queda destacar la importancia de que el profesorado y los alumnos deben de tener comunicación, haya participación; profesor-alumnos/as y alumnos entre sí. Debemos quitarnos ya esa imagen donde el profesor habla y los alumnos escuchan, sin crear ningún tipo de actividad mental. Hemos comprobado la importancia de nuestras programaciones y sobre todo de la metodología a seguir. Cuando la evaluación no sea la esperada, deberemos volver atrás y preguntarnos qué ha ocurrido, pero no culpar ni al profesor ni al alumno, ya que es más posible que el problema radique en los recursos, materiales, metodología, el tiempo, etc.

Acerca de los resultados finales, no buscamos que los alumnos/as que han presentado dificultades para aprender o unas ideas previas inferiores queden retrasados con respecto a los demás, sino que alcancen los mismos niveles de consecución en la materia que estamos impartiendo.